Si la vida te da la espalda… ya sabes que hacer… es tu deber hacerlo! 😛
Sólo se puede alcanzar la felicidad si se ama lo que se hace, lo demás es esclavitud, se debe trabajar por placer y no por necesidad, lo cual deriva en excelencia que termina beneficiando la economía
La realidad debe dividirse en dos: antes de nosotr@s y después de nosotr@s …hay que dejar una huella inolvidable por donde pasemos
Estamos vivos en la medida en que nos conectamos realmente con otras personas. Cada nueva persona que se nos atraviesa es una nueva oportunidad para aprender algo… sea bueno o malo.
Cuando nuestras neuronas intestinales lo indiquen, hay que decir NO, hay que hacerlo sin asco, sin pena, sin dolor en la conciencia
Debemos ser un agregador de experiencias intensas & originales para quién nos conozca
Nuestras ideas sólo se afinan con el uso y su distribución, sí una idea solo existe en tu cabeza o en un paper esencialmente está muerta
No vendemos productos, ni mano de obra, ni mucho menos tiempo… nos dedicamos a expandirle la realidad a quien nos conozca desde nuestros sueños…
Hace más de 3 años comenzamos con 3 llantas de taxi, recogiendo toda la tierra de las materas de la azotea, al día de hoy completamos 11 llantas, toda la tierra adicional ha sido «fabricada» con los desechos organicos de la cocina, después de varios errores de higiene (ninguno grave), se comprendió que las llantas son como una mascota, hay que cuidarlas a diario y tienen una capacidad limitada de absorción de basura (no hay que saturarlas) y así mismo de producción, la meta es tener una llanta para cada semana del año, según hemos visto con al menos 26 ya se puede procesar toda la basura orgánica de la casa (excluyendo restos de carnes y comida cocinada).
El pasado primero de marzo del presente año nos sorprendió tremenda granizada, primera vez que vemos todas las llantas cubiertas de hielo y todas las matas como si las hubieran partido a pedacitos, le ganamos la batalla a los gatos (sin maltratarlos) pero la del granizo si nos cogió desprevenidos, vamos a ver como reacciona el sistema de cultivo después de tremenda granizada…
Nuestros problemas como país comienzan desde nuestro propio nombre, no creo que seamos la Tierra de Colón, nuestros colores patrios son extrañamente concordantes con la república española y fuimos fundados por riquillos que no querían una nación sino la renta de la corona (obviamente comieron mier… para hacerlo pero la sangre la pusimos nosotr@s).
Al aceptar nuestro nombre, se acepta la depredación y la subordinación a la aplanadora europea. Se comprende dicho nombre porque hace 200 años habría sido difícil bautizar estas tierras, la mística de nuestros abuelos naturales y la fuerza africana eran verguenza, ellos eran hijos de esclavos y vistos como animales de trabajo. La voluntad de nuestros criollos tenía los pies aquí pero la autoestima en Francia e Inglaterra.
Hoy, teniendo en cuenta que somos tal vez la nación más mestiza del mundo, donde la mounstruosidad y la fantasía duermen juntas, donde los ángeles se acuestan con los demonios (se reproducen y hasta son electos), donde lo mejor que tenemos es nuestra gente y lo peor que tenemos también… ¿como encontrar una palabra decente y fuerte que nos represente como nación?
Nuestro imaginario adopta estéticas y cosmovisiones externas, lo cual no es malo, lo que es malo es que nos creamos más mexicanos que Pancho Villa, más rastafarios que el Marley (puedo seguir citando ejemplos) y es una evidencia de nuestra crisis de identidad.
Hay varias alternativas, la resignificación es una. Los tres colores pueden comprenderse NO como esa historia del amarillo de nuestra riqueza que se roban y seguimos regalando, del rojo de la sangre que derramaron los -heroes- y que no ha dejado de derramarse, ni el azul del mar que nos separa de España y que sigue negociando por debajo de la mesa la oligarquía que nos domestica.
Estos tres colores representarían mejor la mezcla infinita de nuestras gentes. Por estas tierras caminan las ideas supremacistas blancas más rancias que se pueden conseguir, África está viva, tiene acento paisa, costeño o pacífico y nada más es ver los rasgos de algun@ que se sienta a nuestro lado, para detallar en su mirada, en su color, en sus formas, el tumbao ancestral. Muy humildemente este crisol de gente puede constituir una esperanza para el futuro de la especie humana, porque si en este revuelto, nosotros somos capaces de coordinar coherentemente una borrachera con un guayabo (con todas sus implicaciones), todavía hay un rayo de luz para estos homínidos. Aún sigue siendo más fácil tomar una foto 2×4 a 100 monos psicoactivos para una primera comunión o una circunsición colectiva, que lograr coordinar a 25 de nosotros para que jalemos con disciplina para el mismo lado por el bien común… aunque eso esta cambiando y en ciertos ámbitos no tan santos se logra con naturalidad.
Con relación al nombre yo no le daría vueltas y aprovecharía a Macondo. Es el nombre de un árbol gigante de excelente madera de nuestras tierras y es también el sitio mítico del libro más importante de la lengua española (si Don Quijote se hubiera escrito en estos tiempos, habría sido una variación macondiana). Nos impusieron con sangre esa lengua, es un hecho, pero la naturaleza humana es interesante, porque cuando hay fortaleza, se responden con abundancia los agravios, esa es la característica de las naciones nobles, nuestro complejo de inferioridad no nos permite ver eso, nos han repetido infinitas veces lo contrario hasta convencernos. El tal libro del macondo es un regalo de estas tierras, que uno de sus naturales pudo escribir porque se salvó de las mano de la estupidez, tenía estrella y disciplina de granito para su trabajo (ojalá JGarzón se hubiera también fugado a México, estaría vivo y tal vez estaría haciendo puntos en la historia universal, porque sus vidas tienen coincidencias. No hay nada más peligroso en un crisol de diferencias, que aquel que es capaz de hacernos conscientes de ellas, casi siempre son artistas los que lo hacen).
Macondo es ya una palabra mestiza, que suena bien en el idioma blanco y es sinónimo universal de estas tierras (más aún que el mito de El Dorado), porque en el universo del libro mágico, cabemos todos: la mística ancestral, la herencia africana, las contradicciones criollas.
Conviene conservar los tres colores pero resignificados, y para la articulación con los experimentos vecinos de nación, se puede usar otra expresión macondiana: La Patria Grande (es más que utópica la reagrupación de la misma, incluyendo Panamá, Venezuela, Ecuador, lo que regalamos a Perú, a Brasil, el mar que vendieron hace unos días, la parte de Nicaragua, etc), el primer paso sería articular un mercado común entre ellas, dicho mercado debe surgir desde las zoociedades cíviles a uno y otro lado de las fronteras, lo demás se caería por su propio peso, eso sí llevaría su tiempo.
Según el anterior carreto, no me sentiría para nada incómodo presentarme como un hijo de la Unión Macondiana de Naciones, compuesta por la Nación Caribe, la Santandereana, la Cundiboyacense, la Llanera, la Paisa, etc. y la Nación Originaria (que agrupa a las más de 30 naciones ancestrales que sobreviven).
¿Por qué preocuparse por estas estupideces? sencillo, si no estamos conscientes de quienes somos, nunca sabremos para donde vamos, cualquier camino será bueno y seguiremos hipnotizados por párasitos de corbata QUE SE HACEN LLAMAR COLOMBIANOS y nos ofrecen la salvación desde sus partidos políticos, sus iglesias, sus corporaciones, desde el socialismo, desde el neoliberalismo y desde cuanto -ismo se les atraviese y les nutra sus bolsillos.
Macondiano que se respete no come cuento, lo exporta. Un macondiano hace respetar la plaza, pero abre las puertas a quien venga a trabajar y a gozarla. El macondiano no copia, reutiliza, mejora y genera ganas de ser copiado… un macondiano tiene la capacidad de pintar de colores la realidad, cualquier ser humano que pase por estas tierras debería cambia el prisma con el que percibe el mundo. La misión de los (…)-paridos de estas tierras es darle color a la existencia pero no dejar que les sigan pintando la cara…
¿Qué otras construcciones de identidad se podrían usar para definirnos como nación (una palabra, una bandera, donde quepamos tod@s pero que sea realmente nuestra)?, acá se hizo con macondo…
La Soberanía Alimentaria es el derecho de los seres humanos, de los pueblos y de las naciones a alimentos nutritivos, culturalmente responsables, producidos a través de métodos sostenibles y saludables. Es el derecho que tenemos a definir nuestras políticas, nuestros sistemas alimentarios y agrícolas. Favorece los mercados locales y nacionales, fortaleciendo a los campesinos al igual que a los consumidores, ya que la producción, distribución y consumo están basados en la sostenibilidad ambiental, social y económica. Promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, así como los derechos de las personas consumidoras para controlar su alimentación y nutrición. Asegura que los derechos de uso y gestión de las tierras, territorios, aguas, semillas, ganado y biodiversidad, estén en las manos de aquellos que producen los alimentos.
La Soberanía Alimentaría da lugar a nuevas relaciones sociales libres y equitativas entre seres humanos, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.
PRINCIPIOS:
Los alimentos son para alimentar al ser humano: plantea el derecho a una alimentación suficiente, saludable, y culturalmente responsable para todos los individuos, pueblos y comunidades, incluidos aquellos que tienen hambre, están bajo ocupación, están en zonas de conflicto y son marginados en medio de políticas de alimentación, agricultura, ganadería y pesquería. Rechaza la visión de que el alimento es únicamente una pieza para el agro-negocio internacional.
Valora a quienes nos alimentan: la Soberanía Alimentaria respeta los derechos de hombres y mujeres, campesinos y agricultores familiares, pastores, artesanos de la pesca tradicional, habitantes de los bosques, pueblos indígenas y trabajadores de la agricultura y la pesca, quienes cultivan, crían, cosechan y procesan los alimentos, así mismo, valora y apoya su labor. Rechaza aquellas políticas, acciones y programas que los subvaloran, amenazan y eliminan sus formas de vida.
Disminución de intermediación, respeto al consumidor y comercio justo en los sistemas de alimentación: la Soberanía Alimentaria acerca a los/as productores/as y consumidores/as de alimentos; pone a quienes proveen y consumen al centro de la toma de decisiones en temas relacionados con la alimentación; protege a los proveedores del desperdicio de alimentos y de ayuda alimentaria en mercados locales; protege a las personas consumidoras de la comida de baja calidad y nociva para la salud, de la ayuda alimentaria inapropiada y del alimento contaminado por organismos genéticamente modificados; se opone a las estructuras de gobierno, contratos y prácticas que dependen y promueven el comercio internacional injusto e insostenible, que otorga poder a corporaciones remotas que no asumen ninguna responsabilidad por sus acciones.
Autogestión: la Soberanía Alimentaria otorga el control sobre territorio, tierra, pastizales, agua, semillas, ganado y poblaciones de peces a proveedores locales de alimento y respeta sus derechos. Ellos pueden usar y compartir estos recursos de formas social y ecológicamente sostenibles para la conservación de la diversidad; reconoce que los territorios locales a menudo traspasan fronteras geopolíticas y asegura el derecho de las comunidades locales para habitar y usar sus territorios; promueve la interacción positiva entre las personas proveedoras de alimentos en diferentes regiones, territorios, y desde diferentes sectores, lo cual ayuda a resolver conflictos internos o conflictos con autoridades locales y nacionales; rechaza la privatización de los recursos naturales a través de leyes, contratos comerciales y regímenes de derechos de propiedad intelectual.
Desarrolla conocimientos y destrezas: la Soberanía Alimentaria se basa en la destreza y el conocimiento local de los proveedores alimentarios y sus organizaciones locales que conservan, desarrollan y manejan sistemas propios de producción y cosecha, desarrollando sistemas de investigación apropiados para respaldarlos y cuya sabiduría pueda ser transmitida a las generaciones futuras; rechaza así tecnologías que socavan, amenazan o los contaminan, como la ingeniería genética.
Trabaja en armonía con la Naturaleza: la Soberanía Alimentaria utiliza las contribuciones de la naturaleza de manera diversa con métodos de producción y cosecha agroecológica, los cuales maximizan las contribuciones de los ecosistemas y mejoran la capacidad de ajuste y la adaptación, especialmente ante el cambio climático; trata de curar el planeta con el propósito de que el planeta pueda curarnos; por último, rechaza métodos que dañan las funciones de los ecosistemas beneficiosos, aquellos que dependen de los monocultivos de energía intensiva y fábricas de ganado, prácticas de pesca destructiva y otros métodos de producción industrializada, los cuales dañan el medio ambiente y contribuyen al calentamiento global.
Fuente: Vía Campesina y Soberanía Alimentaria (correcciones de estilo aplicadas para hacerlo más digerible para la gente del común, la imagen pertenece a una huerta propia de agricultura urbana)
la libertad no se puede alcanzar mediante la dictadura
el bienestar no se puede alcanzar desde la miseria
la participación activa de tod@s no se puede alcanzar desde un centralismo absoluto
la solidaridad no se puede imponer por medio de la fuerza
el humanismo no se logra desconociendo las características e intereses de los individuos
la abundancia, independencia y equidad económica no se pueden lograr monopolizando la propiedad por parte del estado
las condiciones sociales no serán cambiadas por un líder, un partido, un movimiento o un profeta, si algún día se logra este cambio, será gracias a un proceso gradual derivado de nuestra propia evolución como seres humanos.