Teniendo en cuenta la anterior entrada que habla de los recuerdos, es posible proponer otro experimento siguiendo un camino contrario al mencionado en dicha entrada. No se intentaría aislar completamente al paciente de cualquier estimulo sensorial, sino más bien ofrecerle constantemente los estímulos más interesantes para el investigador. Si los recuerdos se nutren de un estímulo sensorial, no sería descabellado recrear paulatinamente a conveniencia del laboratorio los recuerdos más borrosos. Aplicar el experimento a un grupo de pacientes en un entorno que no se controle completamente, durante un periodo que alcance varias generaciones, lo haría más interesante.
Incluir distintos dispositivos de distracción masiva (DDM) podría ser útil para hacer saltar la atención de los pacientes entre distintos estímulos que muestren la realidad de forma cada vez más transformada, integrando siempre cambios muy sutiles.
Además de los distintos tipos de DDM’s podría ser conveniente alguna variedad de psicoactivos que relajen la perspicacia grupal. Como en principio puede ser difícil obligar su consumo, una buena estrategia es declarar dichas drogas ilegales para estimularlo, o mejor aún hacerlas absolutamente legales y ofrecerlas desde alguno de los DDM’s (puede ser el medio para financiar estos costosos aparatos). Bandas sonoras de música prefabricada, con vídeos, películas y novelas producidas en serie, relajan aún mas la mente de los pacientes.
Otra forma para preparar más aún el cerebro de los pacientes, puede ser la introducción de un estrés originado por una amenaza constante de escasez de los recursos básicos para la subsistencia. Esto puede realizarse con la integración de un sistema de puntos que los pacientes utilicen para manejar el concepto de riqueza. El sistema de puntos no tiene que tener una correlación real con la acumulación de algún bien o recurso, es simplemente un registro en un libro, o mejor en una base de datos, donde se anotan las deudas en las que muy lentamente se debe involucrar a los pacientes. No es difícil, es un sistema parecido al que se uso hace algún tiempo en las caucherias del amazonas. Más aún, esta sería la solución ideal para que el laboratorio traslade la preocupación de la obtención de los recursos para comida, ropa, hospedaje, etc. a los pacientes. Ellos tendrían que encargarse de conseguir su comida y demás medios de subsistencia.
Como los pacientes siguen siendo seres humanos es posible que exijan educación. Es un derecho que no puede negarse, pero debe otorgarse en la forma de un DDM que propicie una ignorancia culta. Quienes no hicieron los puntos necesarios para acceder a este derecho, pueden alcanzar de otra forma el nivel cultural más adecuado para el laboratorio. Recordemos que la pobreza fué instaurada anteriormente y que ella es una forma de perpetuar la ignorancia sin prohibir explicitamente los medios de educación.
Como en todo evento social no faltan los escépticos, uno que otro anormal que por alguna mutación tiene 2 o 3 neuronas de sobra y es bueno para aguantar hambre, o nació en una familia más afortunada en el sistema. Estos personajes son peligrosos porque tienden a convertirse en un referente para los otros pacientes, y con algún tipo de marketing de voz a voz pueden hacer lento el experimento. Ellos pueden ser comprados para trabajar en algún DDM, o pueden ser sacados sistemáticamente del experimento.
Después de un rato, si el experimento tiene el alcance suficiente, es posible encontrar a los pacientes haciendo conciertos de integración binacional encima de un puente…